viernes, 31 de julio de 2009

28.- EL SUEÑO.

—¿Cielo?...

Aún no.

—¿Cielo? Despierta.

—Hum…

—Buenos días, hija.

—¿Papá? ¿Qué hora es? —pregunté adormilada.

—Son las 10: 45 a.m., bella durmiente.

—Caray, es tardísimo —me incorporé y me di cuenta de que aún vestía las ropas del día anterior y estaba cobijada por una gruesa frazada.

—Debiste haber estado muy cansada anoche. Dormiste con la ropa puesta y, cuando tu madre te arropó con esta frazada —tomó la punta del calientito cobertor—, ni siquiera lo sentiste. Decidimos no interrumpir tu sueño y te dejamos descansar tal y como estabas.

—Ah… ¿sí?, bueno; no me di cuenta cuando me quedé dormida…

—No te preocupes, nena. ¿Bajas a desayunar?

Hice una mueca con mis labios.

—Ya qué —me encogí de hombros.

Papá sonrió y besó mi frente. Se levantó de mi cama y salió de la habitación.

Saqué mis pies del grueso cobertor. Luego, tomé ciertas cosas y me dirigí a tomar un baño.

El vapor del agua caliente había dejado una fina capa de vaho en el espejo. Me quedé contemplándolo un rato y, sin razón alguna y con ayuda de mi dedo, comencé a dibujar corazones y estrellas. Solté una risita juguetona. Al cabo de unos minutos, ya no había espacio para seguir dibujando. El vapor que atacaba ahora dejaba sólo restos de humedad, deshaciendo mi obra de arte. De mala gana, borré con ayuda de una secadora de cabello todo lo que había en el espejo. El aire frío eliminó cada arco de mis corazones y cada punta de mis estrellas… sin mencionar el Te amo, Jacob que dibujé en el centro de todo mi “pizarrón”. Mientras desaparecía los pocos restos de vaho y la mayor cantidad de la humedad que quedaba, en mi mente algo comenzó a surgir. Era extraño. Una cosa se borraba y otra aparecía. No tenía muy claro qué era. ¿Debía acordarme de algo? ¿Qué día era ése? Bueno, tenía claro que era 23 de… ¿Cumpleaños de alguien? Por supuesto que no. Tía Alice estaría insoportable si fuera eso. ¿Qué era? ¿Por qué no podía recordarlo? O acaso era que… ¿No debería recordar…?

—Hermosa como siempre. Eres idéntica a tu madre —dijo papá, muy animado.
—Basta. No me molesta porque eres tú quien lo dice —sonreí al bajar las escaleras, después de haber terminado de arreglarme—. Ay, papá, me parezco sobre todo a mi madre, ¿no?

—Lo sé, hija. Por cierto, hablando de tu madre, no estará en la casa por unos minutos. Fue a ver a Rosalie para no sé qué cosa… pero ya me enteraré —papá me miró con esos ojos pícaros y sabía a dónde quería llegar.

Puse los ojos en blanco.

—Ya no funciona así, papá; ahora Jacob y yo tenemos una relación diferente —sentí una corriente eléctrica que nacía en mi corazón y que, extrañamente, avanzaba hasta mi cabeza.

—Lo sé —sonrió.

Me dedicó la sonrisa más linda del mundo y, bueno, fue imposible resistirse. Le di su recompensa.

—Está bien, está bien. Tú, ¿de acuerdo? Después de Jacob, que quede claro, sigues tú y mamá. Ah, esto es injusto, Edward Cullen. No puedo decidir a cuál de los dos…oh, corrección, a cuál de los tres amo más —puse cara de contradicción.

—Comprendo perfectamente, Nessie, y te lo agradezco —dijo tiernamente—. Sabes que siempre te amaré.

—Claro, papá; lo sé muy bien. Yo también voy a amarlos siempre —lo abracé y entrelacé mis dedos en su sedoso cabello.

—Te amo, hija. Nunca lo olvides —papá besó mi frente.

—Yo también, papá… pero, cuando intentas alimentarme de esto… —di un cabezazo en dirección a la comida que había preparado mi padre—. No te ofendas, no es que me desagrade tu comida, pero le falta algo.

—¿Algo? —preguntó confundido—. Sigo la receta al pie de la letra. ¿Qué le falta?

—El amor de mamá —me eché a reír y mi papá me dedicó una sonrisa y negó con la cabeza.

Mamá no llegaba y, al parecer, Jacob se había retrasado por una disputa, otra vez, entre mi amiga Leah (quien me defendía a muerte y se puso a brincar de felicidad cuando le conté todo sobre mi noviazgo y la aceptación de mi impronta con Jacob), y la tipeja ésa de Dennise, que estaba más irritable que nunca.

Había limpiado el comedor. Papá estaba mirando unas nuevas partituras que había adquirido hace poco. Subí de nuevo a mi habitación y encontré lo que buscaba: mi celular.

Estaba a punto de llamar a Adam cuando recordé que un poderoso vampiro se encontraba escaleras abajo. Era obvio que, con ese oído, escucharía mi conversación con mi amigo. Dudé un instante y opté por la mejor opción: mensajes de texto.

Me paseé un poco por mi habitación mirando hacia ambos lados y deseché la idea de los mensajes con Adam, pues no era justo hacer eso. Además, quería escuchar su voz y contarle algunas cosas que me preocupaban.

Había algo en mi cabeza que bloqueaba ciertos pensamientos. Quería recordar una cosa pero no sabía qué era y eso me estaba torturando la cabeza. Ya le había dado varias vueltas al asunto sin llegar a ningún lugar. Me tenía harta todo eso. ¿Qué se suponía que no debía recordar? No sabía qué había pasado la noche anterior; sólo recordaba que me había quedado dormida y ya. Nada más, pero algo quería salir a la luz.

Me encontraba tan distante de la realidad que no me di cuenta de que mi padre me estaba llamando.

—Perdón, ¿qué decías, papá?

—Ah, esa mente tuya, hija —papá suspiró y negó con la cabeza—. El pe… Jacob está abajo y desea verte, pero si no quieres lo puedo correr —sonrió.

¡Dios! Jacob estaba allí, ¡y yo no me había dado cuenta!

Salí de mi habitación lo más rápido que pude, pues quería verle lo antes posible. Me quedé pasmada en el último escalón, contemplando lo perfecto que era mi novio.

—Jake —dije radiante de felicidad.

—Amor —me miró y me dedicó su hermosa sonrisa—, lamento la demora; ya sabes cómo se ponen esas dos —hizo una mueca.

—Lo sé —le sonreí.

Me dirigí hacia él y me arrojé a su cálido cuerpo.

—Ya te extrañaba —dijo.

—No más que yo —dije acariciándole el cabello.

—¿Quieres apostar?

Presionó tiernamente sus dulces labios contra los míos en un rápido beso, pues detrás de nosotros se encontraba papá con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

—Vamos, Ed. No pongas esa cara —pidió Jacob—. Sabes que amo a tu hija.

—Lo sé, Jacob —papá contestó algo cansado—. Lo sé muy bien. Es que, bueno… no creí que este momento llegaría tan… pronto.

—Papá —traté de consolar a mi padre.

—Dame un momento, cariño —papá suspiró y bajó ambos brazos hacia sus costados—. Todos en la familia están muy felices con su relación, no es para menos; y debo decir que se lo merecen. Bella apoya plenamente su decisión, se encuentra feliz pero quiero ser honesto con ustedes dos. Estoy un poco dolido, no me malinterpreten. Lo que quiero decir es que mi pequeña hija ha dejado de ser eso, una niña, y se ha transformado en una hermosa mujer que se merece lo mejor del mundo; pero no por eso dejará de ser mi pequeña princesa. Ahora, lo que deseo expresar es que nadie mejor que tú, Jacob, para cuidar y amar a mi hija. Sé por lo que has pasado y creo que llegó tu momento de ser feliz, y me da gusto que lo compartas con mi nena. Les deseo toda la felicidad del mundo. Cuida bien a mi tesoro, hijo mío.

No lo podía creer. Estaba en estado de shock ¿Papá estaba aceptando nuestra relación? ¿Nos estaba dando su bendición? ¡Dios mío!

—¡Viejo! —gritó Jacob—. Gracias, Edward, no sabes lo que significa para mí.

—Sí, lo sé, Jacob —sonrió papá.

—Papá, ¿traerías un poco de ese pastel que hiciste para que Jake lo pruebe? —pregunté dudosa.

No abuses de tu suerte, Renesmee, me dije a mí misma.

—Claro, hija, ¿por qué no? —sorprendentemente, papá lo hizo de buena gana.

Nos dirigimos a la sala para que Jake comiera su rebanada de pastel.

— Lo escuchaste. Tenemos permiso de hacer lo que se nos pegue en gana —susurró, mordiendo el lóbulo de mi oreja.

—¡Jacob Black! —le di un codazo, muerta de la vergüenza.

—Iré con tu madre, Nessie —dijo papá en el momento en el que encendía la chimenea—. Aún falta para el invierno, pero, bueno, esto es Forks, no quiero que te congeles, cariño.

—Descuida, Ed. Mientras esté yo no necesitará del calor de una chimenea —dijo mientras se metía una cucharada de pastel a la boca.

Papá puso los ojos en blanco y salió de la casa.

Jacob y yo estábamos acostados en el sofá, con el calor de la chimenea y el chirriar de la madera quemándose.

—Debo confesarlo. Tu padre cocina bien.

—Sí, papá lo hace bien, aunque prefiero a mamá.

—¿Y si yo te hiciera un pastel?

—Me lo comería.

—¿Aunque se me quemara? —preguntó pensativo.

—Si lo haces tú para mí, no importa que esté quemado, o que sepa raro, o que confundas el azúcar con la sal, o que, en vez de ponerle fresas, le metas kilos de carne, o que…

—¡Nessie! —tomó mi rostro y me silenció de un beso.

—Te amo, Jacob —dije, bombardeándolo de besos.

—Yo te amo más, Nessie.

Acabó por completo con su pastel, y las risas y besos terminaron dejándonos en completo silencio.

Jake me abrazó con fuerza. No sé cuantos minutos pasaron, pero se quedó completamente dormido, aprisionándome en sus brazos.

El cálido cuerpo de Jake, sus sonoros ronquidos y el danzar de las llamas de la chimenea fueron nublándome la vista, hasta que una pantalla negra cubrió todo.

El ruido de algo hizo que abriera los ojos.

Me sorprendí al ver mi casa sumida en una oscuridad horripilante. Me levanté del sofá y miré a ambos lados. La casa estaba normal, algo descuidada, pero… según yo, normal.

Me pregunté por qué se encontraba en tan mal estado. Acudí al interruptor de luz para encenderla, pero nada ocurrió: siguió todo en penumbras. Di media vuelta para mirar bien. ¿Dónde estaban mis padres? ¿Jacob se había ido? ¿Por qué me había dejado?

Salí de la casa para ir donde mis abuelos. No es que le temiera a la oscuridad o a estar sola en la casa, pero presentía algo extraño.

Corrí para llegar lo más pronto posible a la casa principal; y mi sorpresa fue que también se encontraba en penumbras, como jamás la había visto. Entré en la sala. Todo era muy raro, pues la casa entera se encontraba cubierta por una gruesa capa de polvo, lo cual daba a entender que hacía demasiado tiempo que nadie entraba en ella. El respirar me era difícil, pues percibía un olor a humedad y a polvo. Era el típico olor de un lugar antiguo. Comencé a tocar varias cosas familiares, ¿cómo no serlo, si esa casa le había pertenecido a mi familia? ¿Por qué hablaba en tiempo pasado? Se suponía que, cuando la gente se cambiaba de hogar y dejaba su antigua casa amueblada, mínimo les colocaban una manta o sábanas a los muebles para que no se maltrataran a causa del polvo; pero no había ni rastro de ninguna especie de paño o tela que los cubriera. La casa estaba como siempre, bien arreglada, pero desierta. ¿Dónde estaban todos? ¿Cuándo habían dejado la casa? ¿Por qué me habían dejado a mí? ¿Qué había pasado?

Algo se cayó e hizo un ruido fuerte que dejó un eco. Me sobresalté, y de pronto escuché unos sollozos provenientes de la parte superior de la casa. Ese llanto comenzó a inundar el silencio sepulcral de la casa.

Subí las escaleras y caminé por el pasillo. Me detuve enfrente de la habitación de mi padre, pues de ese lugar provenía aquel llanto que se incrementaba cada vez más.
Abrí la puerta y entré. Busqué por todos lados al autor de aquellos sollozos y, después de forzar mi vista a la penumbra, encontré lo que buscaba.

Se localizaba en una de las cuatro esquinas de la habitación, la más alejada y oscura. Me daba la espalda y no dejaba de llorar. Era una espalda pequeña… era una niña, sola y muerta de miedo.

¿Qué es lo que hacía ella en mi casa?

Me aproximé hacia donde se encontraba. Desconcertada, buscaba alguna respuesta para justificar su llanto y estancia aquí. ¿Se habría perdido? ¿Sus padres la estarían buscando en esos momentos? O tal vez ellos no sabían o no se habían dado cuenta que ella había desaparecido. Pero, ¿cómo había llegado esa niña aquí?

Todas mis teorías me resultaban absurdas y carentes de factores que avalaran alguna posibilidad de sustento. Estaba decidida a tocarle el hombro, pero mi instinto vampírico me decía que, por mi propio bien, tomara cierta distancia.

—¿Te encuentras bien? ¿Cómo te llamas? ¿Por qué lloras? ¿Dónde están tus padres? ¿Cómo llegaste aquí? —lo sé: era ridículo que un niño respondiera a las preguntas, pero no pude evitar hacerlas.

La niña dejó de llorar al escucharme y, muy lentamente, se giró para mirarme.

Estaba demasiado oscuro para distinguirle el rostro. Aun así, nuestro ojos se encontraron entre aquella lobreguez. Eran los vivos ojos de una niña no mayor a seis años de edad. Poseía unas enormes y rizadas pestañas que hacían conjunto con sus delicadas cejas. Lo más sorprendente de todo eran esos hermosos y expresivos ojos color chocolate con los que me veía. Eran mis ojos, los ojos de mi madre, y ese rostro… esa niña era…

—Nos abandonaron —dijo con su voz de soprano increíblemente familiar.

No había duda alguna.

Retrocedí dos pasos, muerta del miedo. Me encontraba temblando.

—¿De qué hablas… Renesmee? —pregunté, con el terror grabado en mi voz.

Contemplé a la pequeña y hermosa niña, quien me miraba con ojos llenos de las lágrimas que se limpiaba con una de sus diminutas manos, mientras que con la otra se aferraba a los holanes de su lindo vestido.

—Toda la familia se fue. Nos dejaron —volvió a romper en llanto—. Nos abandonaron. Ya no nos aman, ¿cierto?

La pequeña Renesmee, el reflejo de mi niñez, volteó su rostro hacia la esquina contraria, buscando a alguien.

—Cierto… —pronunció la voz de otra persona.

Esa voz…

No me había percatado de que alguien más estaba en esa habitación. Me comía el miedo, y moría por salir de ese lugar e ir con mis padres y Jacob.

Miré rápidamente en las direcciones de donde provenían las voces. Una de ellas era mi voz. No entendí que hacían ellas ahí. Me encontraba en medio de dos personas. Comenzaron a sonar unos pasos, y después la pequeña corrió en dirección de la otra voz, ésta extendió una mano y la aprisionó para que no pudiera soltarse.

—Todo es mentira. Nunca nos han amado —replicó la voz de mujer.

—Nunca nos han amado —repitió la niña.

Ambas avanzaron hacia mí con paso firme y decidido, aún tomadas de la mano.

Sabía perfectamente quién era la pequeña, pues conocía muy bien aquel vestido de grandes holanes. Me lo había regalado Rose y lo que la niña sujetaba era un muñeco de tela que había hecho mi abuelo Charlie.

—Es tu culpa —dijo esa voz llena de odio y sumamente familiar.

Me acerqué unos pasos para verla mejor, y mi sorpresa fue aun mayor que al encontrarme con la pequeña Renesmee.

Retrocedí unos pasos y me enredé con la alfombra. Caí al piso. Sentía cómo el sudor recorría mi frente; era frío. Miré impactada a aquella mujer. Era realmente hermosa, poseía una piel perfecta, ¡Dios, era yo! ¡Esa mujer adulta era una réplica mía! Aunque... ella era terrorífica, sus ojos rojos daban miedo. Esa mujer no podía ser yo… Simplemente, no podía ser verdad.

—Es tu culpa —mi reflejo destilaba odio en la forma de hablar, sus ojos, ¡Dios mío! Ella era lo más horrible que había visto.

Pensándolo bien… ella era exactamente igual a un vampiro que conocí tiempo atrás. Su mirada llena de odio, crueldad y deseo de venganza: Cayo Vulturi.

—Ellos nos abandonaron por lo que hiciste —acusó la pequeña Renesmee.

—¿Qué? —dije perpleja, mirando de hito en hito a las dos personas que me acusaban de algo que no entendía.

—Mi papá nos odia, mamá nos aborrece y Jacob nos quiere muertas —gruñó aquella hermosa mujer.

—¿Qué dices? ¿Ellos están bien? ¿Qué les hicieron? —pregunté por instinto, aún con miedo.

—Ellos, la familia y la manada están bien —lloró la pequeña—. Pero tú… ¡arruinaste nuestras vidas!

¿Qué? ¿Yo? ¿Cómo?

De repente, mi reflejo, la de edad mayor, soltó a la pequeña. Rugió fuertemente, haciendo que todo el lugar temblara, retrajo los finos labios y me mostró sus afilados colmillos. Su mirada no se apartaba de mí, intimidándome y llenando mi interior de dudas y temor.

Se llevó ambas manos al rostro. Pasados unos momentos, bajó sus manos y las extendió en mi dirección, a la altura del pecho.

El desconcierto bloqueó todos mis pensamientos. Cerré los ojos, y cuando los abrí de nuevo, una imagen espantosa cubrió por completo mi vista. De ambas manos caía un líquido espeso y de un olor agradable que quemaba mi garganta. Sus labios estaban teñidos de ese líquido embriagador. La bebida preferida de los vampiros: sangre. Continuaba mirándome con dejos de odio, venganza y crueldad. Pero había algo diferente en esos diabólicos ojos. Lágrimas. Sus mejillas se humedecieron a causa de las gruesas lágrimas que brotaban sin cesar. En ningún momento su rostro mostró dulzura, compasión, miedo o sufrimiento. Seguía rígido, hermoso y terrorífico, pero rígido. Las lágrimas no cambiaron para nada su semblante; solo caían y caían sin sentido alguno.

—¿Lo ves? —dijo, molesta—. Esto es lo que soy. Mira bien, Renesmee, porque esto es en lo que te convertirás.

—No... ¿Cómo es posible? —dije cortadamente.

—Tú lo decidiste. Fue tu elección —la pequeña se cubrió el rostro.

—Falta muy poco para que te conviertas en un ser despreciable.

—Nunca. Mis padres me aman, mi familia…

—Nada. Si te amaran estarían aquí con nosotras, ¿no es verdad?

Ambas caminaron hacia mí. Me quedé helada al verlas tan cerca.

La pequeña corrió a abrazar mi pierna derecha, mientras la adulta me pasaba los brazos por el cuello para abrazarme fuertemente.

—Ellos no nos aman. Todo fue una mentira. Él, ese hombre que tú amas, no dice la verdad. ¿En serio crees que nos amó? Yo pienso que sólo quería estar cerca de alguien que ya se había resignado a perder… pero aun así quiso estar cerca de ella, no de ti.

Me quedé helada ante el comentario de la niña. Eso era… algo que tenía que recordar. Aquel pensamiento bloqueado estaba resurgiendo.

—Disfruta lo que tienes, Renesmee, porque estás a punto de perderlo. Tú decides nuestro futuro. Ser amada o ser odiada. Ve y entérate de ese secreto.

Abrí los ojos y me levanté rápidamente del sofá. Mi respiración se encontraba forzada por el impacto de aquellas personas.

—Fue solo un sueño —dije jadeando.

Algo me inquietó. La casa estaba a oscuras.

¡No podía ser verdad!

Miré en todas direcciones. No había nadie. La chimenea estaba apagada y no había ni una luz encendida, no había ruido alguno.

Jacob.

—Nessie. ¿Qué pasa?

—¡Jake! —corrí a abrazarlo.

—¿Te encuentras bien, amor? —preguntó confundido.

—Sí… ¿por qué no hay luz? —quise saber.

—¿Por qué no hay luz? Bueno, apagué la chimenea por que estaba humeando mucho y no quería que respiraras eso. Me levanté para encender la luz, pero en ese momento despertaste, cielo. ¿Pasa algo? Te noto preocupada.

Un sueño. Todo fue un maldito sueño.

—No pasa nada. Sólo me desconcertó un poco no tenerte a mi lado cuando desperté. Olvídalo. ¿Qué hora es? ¿Dónde están mis padres?

—No es muy tarde, son las 4:56 p.m. Edward llamó hace poco diciendo que estarán en la casa principal con tu familia. Al parecer, Alice no deja regresar a Bella —puso lo ojos en blanco—, ya sabes como se ponen cuando se juntan. ¿En serio estás bien?

—Sí, estoy bien. ¿Tía Alice no deja regresar a mamá? —pregunté.

¿Sería acaso que tía Alice tuvo una visión o algo por el estilo? ¡Dios! Me estaba dejando llevar por estupideces.

—Jacob, te amo.

—Nessie, yo también te amo —dijo, al momento de besarme.

¿Beso? ¿Por qué me preocupaba un beso?

Jacob pasó sus brazos alrededor de mi cintura y comenzó a morder el lóbulo de mi oreja, para terminar sellando mis labios con los suyos.

—¿Sabías que eres la persona más importante de mi vida? —susurró.

—Hum… tal vez sí lo sepa —pasé mis brazos alrededor de su cuello.

—Me alegra que lo sepas. No hay nadie en este mundo que te ame más que yo. Recuérdalo bien.

—Ah… yo creo que sí hay alguien más. Mis padres —solté una risita.

—Eh… no se vale, ellos son tus padres, y claro que te aman, pero apuesto lo que quieras a que mi amor sobrepasa el de ellos.

—¡Dios! Por supuesto. Tenemos una impronta, ¿recuerdas? —lo besé.

—¡Bendita impronta! Gracias a eso no te liberarás de mí, Renesmee Cullen. Te seguiré a donde tú vayas, no importa el lugar, y la verdad que no me importa si no me quieres a tu lado, me pegaré a ti como una sanguijuela… Eso lo aprendí de tu padre.

—¿En serio me seguirás a todas partes? Jacob, esto es muy gracioso; el único lugar a que puedo ir es a la casa de mis abuelos o a La Push, amor. No seas tonto, y por supuesto que estás invitado a seguirme amando, porque eso es lo que voy hacer contigo. Te amaré cada día más.

—¿Cada día más? —frunció el ceño—. Bueno, me parece tolerable, aunque no tan bueno: yo te amo más cada segundo que pasa.

—No te doy gusto con nada, ¿verdad?

—Creo que hay algo que puede servir…

—¿Qué será?

—Si me das un beso en este momento… puede que…

—Hum... Tentadora tu oferta, Black.

Lo abracé y deposité mis labios en los suyos. Continué dándole besos tiernos, pero no pude controlarme más y terminamos besándonos apasionadamente, como veces anteriores.

“Sólo he besado así a una persona”.

“Sólo he besado así a una persona”.

“Sólo he besado así a una persona”.

Esas palabras aparecieron de repente, inundando mis pensamientos. ¡Era eso! ¡Eran esas palabras las que había olvidado! Sólo una persona. ¿Quién era esa persona? ¿Qué relación habían tenido? ¿Dónde se encontraba en estos momentos? ¿Se seguían viendo? ¿Aún tenía contacto con ésa?

Era ridículo. Jacob me había dicho que eso no había significado nada para él… Entonces, ¿por qué sentía esto?

“Curioso, ¿no crees? Me refiero a las palabras de tu padre. Tu madre y tu novio fueron muy, pero muy amigos, ¿cierto? No lo sé, sólo estoy especulando, pero ¿conoces a una mujer más cercana al licántropo que tu madre?”

Era cierto. Ahora recordaba la conversación que tuve con aquel vampiro en mi mente. Él dudaba de mi madre, pero sólo porque yo le mostraba ese sentimiento, lo que significaba que era yo la que verdaderamente dudaba de mi madre. Y me tenía que enterar de la verdad. Yo quería saberla, pero ¿qué verdad? ¿Acaso mi madre no me había contado cientos de veces como fue que se conocieron ella y Jacob? Era mi historia favorita cuando niña, lo tenía grabado en mi mente.

“Vuelve locas a mis mujeres”.

“Vuelve locas a mis mujeres”.

“Vuelve locas a mis mujeres”.

“Vuelve locas a mis mujeres”.

“Vuelve locas a mis mujeres”.

¡Basta! ¡Basta! ¡Basta!

—Nessie, ¿pasa algo? —preguntó Jacob.

—¿Por qué lo preguntas? —dije fríamente.

—Bueno, estábamos besándonos y te quedaste quieta como hielo, no te movías… Hum… Ya sabes a lo que me refiero.

Sé a lo que te refieres, gracias, pensé.

—No me pasa nada, Jake.

—¿En serio?

—Jacob… ¿puedo hacerte una pregunta?

—Claro, a ver, ¿qué es?

—Es sólo una suposición, ¿de acuerdo?

—Bien.

—Si mi madre estuviera en peligro —me sentía fatal de tan solo imaginarlo— y mi padre fuera incapaz de hacer algo, ¿protegerías a mi madre con tu vida?

—Hum… —dudó un momento—. ¿Tendría que dar mi vida por ella?

—¿No lo harías?

—Nessie, en verdad quiero mucho a Bella, pero no estaría dispuesto a dar mi vida por alguien que no fueras tú. Ni siquiera daría mi vida por tu madre, sabiendo que te dejo sola a ti.

—¿Qué significa eso?

—No importa cuál sea el problema, si tu familia está en peligro, gustoso ayudaré porque los aprecio y quiero a tu madre; pero mi prioridad sería protegerte a ti antes que a cualquier miembro de tu familia, incluyendo a Bella.

—Quieres decir que me amas más a mi que a mi madre, ¿cierto? —inquirí, agudizando mi vista y mi voz.

—Por supuesto que sí. Quiero a tu madre, ella es una excelente mujer, es mi mejor amiga —Jacob recordó algo y su rostro tomó una expresión distante, de la que se recupero rápidamente, cosa que no me agrado mucho—. Pero tú eres el amor de mi vida, mi mejor amiga, mi novia, mi amante, ¿comprendes?

—Jacob, si mi madre y yo fuéramos a morir al mismo tiempo y pudieras salvar a una, ¿a cuál de las dos elegirías?

—¡Nessie! ¿Qué dices? —preguntó sorprendido.

—Muy fácil. ¿Quieres que te lo vuelva a repetir, o…?

—No, por supuesto que entendí la pregunta. Pero me resulta…

—¿Y cuál es tu respuesta?

—No me gusta esta broma, Ness…

—Ah, ¿no puedes decidirte? —dije sarcásticamente.

—Lo lamento, no puedo deci…

—Yo también lo lamento, mi amor —dije besándolo—. No era mi intención hacerte pasar por un mal momento a causa de unas estúpidas preguntas

—No tienes de qué disculparte. Sólo quiero que sepas que siempre te amaré, no importa lo que pase, ¿entendido? —besó mi mejilla.

—Entendido —dije sonriente—. Jacob, vamos a la casa principal.

—Ahh —se quejó—. ¿Para qué? No quiero ir. Quiero estar solo contigo.

—Jake, no he visto a mi familia desde ayer. Vamos a saludar y nos salimos, ¿de acuerdo?

—¡Pero si ves a tu familia a diario! —comenzó su berrinche.

—Sí, bueno, es solo que quiero confirmar algo.

—¿Qué quieres confirmar?

—Cosas de mujeres, ya sabes…

—Oh, bueno; en ese caso, vamos.

—Sí, vámonos.

Veamos cuánto me amas en realidad, Jacob.




15 comentarios:

  1. Haaaaa ya esta a qui el cap 28 la espera a terminado...pero se divirtieron con el funnyfic cierto?

    Como sea el cap no tien correccion aun por que pues se lo mande tarde a Stephie y bueno ya saben que es viernes social y todos tenemos derecho a divertirnos asi que mañana lo coloco corregido y ya sabran.

    Besos....gracia spor la espera!!!!

    ResponderEliminar
  2. wiiiii
    graxias x el capi
    he estado super pendiente para poder leerlo!!
    esta wenisimo
    pero aaa que va a hacer Nessie???
    plis continua en cuanto puedas!!!

    ResponderEliminar
  3. oooooooo q bueno el capi de verda me gusta muxo q esten juntos nessie y jacob pero q onda ella al dudar de su amor ??

    ResponderEliminar
  4. GARCIAS LINDAS POR EL CAP

    QUE LE PASA A NESSIE Y ESE SUEÑO QUE ONDASA
    JAJAJAJA ESPERO QUE EN EL SIGUIENTE CAP SE DESTAPE LA CAJA DE PANDORA BUENO LA CAJA CULLEN DE LOS SECRRETIYOS JAJAJA

    PSSS BUENO SOLO QUEDA ESPERAR PARA SABER SALUDOS LINDA TK

    BESOS Y ORDIDAS wwwww

    ResponderEliminar
  5. M ENKTO EL KAP STA KOM SIEMPRE MARAVILLOSO
    OYE POR FA NO NOS TENGAS TANTO EN SUSPENSO Y DINOS K LE PASA A NEESIEE
    STA RARO EL ASUNTO PERO PS NIMODO TENDRE K SPERAR!!!
    BUENO M BOE
    BESOS
    KUIDATE
    CHAO*****.

    ResponderEliminar
  6. Hey Genne estuvo genial
    este capitulo, me dejas siempre
    intrigada acerca de lo ke
    púede estar sucediendo en la mente de
    Jacob y e la de Nessie, pero
    me encatan jajaja
    saludines amigix
    bye
    PD Por fa nos nos hagas esperar
    tanto para el proximo cap

    ResponderEliminar
  7. Hola pues solo que ya esta el capitulo corregido.

    Si ya seee esta todo raro pero aaa el siguiente cap todo se desmoronara. `pobre nessie me da penmita pero ni hablar

    ResponderEliminar
  8. diosssssssssss pero esta esta de m,uerte lenta genne
    este giro de la historia me tiene al borde de una crisis
    que le pasa a nessie se esta volviendo calculadora y desconfiada
    cual es el secreto de los cullen para con nessie
    tan lindo jacob

    esta emocionanate re intrigante nos has dejado con ganas de massssssssss

    ya nos tenias medio abandonadas pero valio la pena la espera

    cuidate y sube capitulo pronto

    ResponderEliminar
  9. No creo que los Cullen tengan un secreto para con nessie...osea yo creo que todo apunta a la ex-relacion de hum.. bella y jacob no?

    Bueno eso espero jijiji ahahaha como reaccionara nessie?

    atte: Tania.

    ResponderEliminar
  10. Que passara con Nessie??¡¿ Sera de la mini relacion que tuvieron bella y jacob???
    y esto de los volturi, del sueño ese??¿
    No nos puedes dejar con la intriga.....Subelo cuando puedas, pero rapido....Me muero de intriga!!!

    Besos ANNA!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  11. wooo!!!!!!
    buenisimo
    nos tubiste bien abandonadita kon lo de luna negra :( pero la espera dejo una buenisima recompensa
    y aora k onda?
    nessi va a dejar la embarrada kuando se entere k jacob fue mas k su AMIGO para su mama
    ha!!!!!
    me estoi muriondo d la curiosidad
    genne porfa no hagas tan largos los interbalos por la curiosidad mueve montañas
    cariños y suerte bay

    ResponderEliminar
  12. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  13. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  14. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  15. Que chulo!! Para cuando tendras el proximo??!!! No nos hagas esperar mas..... Esta chulissimo!! Que pasara con nessie y jacob?""" Muchos besos"""

    ResponderEliminar